Los componentes de la sangre
La sangre humana es un líquido denso de color rojo.
La sangre humana está formada por el plasma sanguíneo, los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.
- El plasma sanguíneo es un líquido constituido por un 90 por 100 de agua y un 10 por 100 de otras sustancias, como azúcares, proteínas, grasas, sales minerales, etcétera.
- Los glóbulos rojos o eritrocitos son células de color rojo que son capaces de captar gran cantidad de oxígeno. En cada milímetro cúbico de sangre existen entre cuatro y cinco millones de eritrocitos. Esta enorme abundancia hace que la sangre tenga un color rojo intenso.
- Los glóbulos blancos o leucocitos son células sanguíneas mucho menos abundantes que los eritrocitos. Hay un leucocito por cada 600 eritrocitos. Los glóbulos blancos tienen una función defensiva frente a las infecciones.
- Las plaquetas son fragmentos de células sin núcleo. Hay unas 250.000 plaquetas por milímetro cúbico de sangre, y su función es la coagulación de la sangre.
Las funciones de la sangre
La sangre realiza varias misiones de gran importancia para el funcionamiento del organismo humano.
Las funciones más importantes de la sangre son las siguientes:
- Transporte de alimentos. La sangre transporta las sustancia alimenticias desde el intestino delgado hasta todas las células del cuerpo. Esa misión la realiza el plasma sanguíneo.
- Transporte de oxígeno. La sangre transporta el oxígeno desde los pulmones hasta las células del cuerpo. El transporte del oxígeno lo realizan los glóbulos rojos.
- Defensa frente a agentes infecciosos. La sangre realiza una función defensiva contra los gérmenes y otras sustancias que pueden causar infecciones en el organismo. Esta función la realizan los glóbulos blancos.
- Coagulación. La sangre es la encargada de taponar las heridas, tanto externas como internas, que se producen en el cuerpo. Esta función la realizan las plaquetas, que, al unirse, bloquean las heridas y coagulan la sangre que fluye por ellas.
- Calefacción. La sangre es un sistema de calefacción para el cuerpo humano. Normalmente, la sangre se encuentra a una temperatura de 36 ºC, por lo que calienta todas las zonas del cuerpo a las que llega. Ésa es la razón por la que, cuando una zona del cuerpo se enfría, fluye la sangre hacia ella y se enrojece. De ese modo se consigue que las zonas expuestas al frío se calienten.
El corazón
El corazón es un órgano musculoso del tamaño de un puño.
Está situado en el tórax, entre los dos pulmones, y ligeramente desplazado a la izquierda. Por la parte externa del corazón circulan venas y arterias, así como nervios que intervienen en el control de su actividad. En su parte interna, el corazón está dividido en cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos. La aurícula izquierda está comunicada con el ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral o bicúspide, y la aurícula derecha se comunica con el ventrículo derecho a través de la válvula tricúspide.
El corazón bombea la sangre de forma continua mediante dos movimientos: la sístole y la diástole.
En la sístole, el corazón se contrae y la sangre sale de él por las arterias.
En la diástole, el corazón se expande y la sangre penetra en él por las venas.
- Las arterias son vasos sanguíneos por los que circula la sangre desde el corazón hacia los distintos órganos.
- Los capilares sanguíneos son vasos sanguíneos muy finos que resultan de la ramificación de las arterias al llegar a los órganos. Los capilares arteriales se convierten en capilares venosos en los órganos, y dichos capilares venosos, al unirse entre sí, dan lugar a las venas.
- Las venas son vasos sanguíneos por los que circula la sangre que va al corazón desde los distintos órganos.
La circulación de la sangre
La circulación de la sangre se realiza en dos circuitos: el circuito menor o pulmonar y el circuito mayor o general.
- La circulación menor o circulación pulmonar. La sangre cargada de dióxido de carbono, procedente del ventrículo derecho, pasa a la arteria pulmonar y llega a los capilares pulmonares. En ellos, la sangre se carga de oxígeno en los alveolos pulmonares y suelta el dióxido de carbono para que se produzca su expulsión al exterior. La sangre, ahora rica en oxígeno, vuelve al corazón por las venas pulmonares y entra en la aurícula izquierda.
- La circulación mayor o circulación general. La sangre cargada de oxígeno pasa de la aurícula izquierda al ventrículo izquierdo y sale del corazón por la arteria aorta. Esta sangre circula por las arterias y llega a todos los órganos del cuerpo, dejando en ellos el oxígeno y los alimentos y recogiendo el dióxido de carbono y los desechos. Después, la sangre vuelve por las venas al corazón, entrando en él por la aurícula derecha. Finalmente pasa al ventrículo derecho para iniciar el circuito pulmonar.
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